Una vez finalizado el proceso de diseño de experiencia de usuario (UX), la etapa de entrega y seguimiento post-lanzamiento no solo cierra un ciclo, sino que alimenta el siguiente. Aquí, el rol del diseñador UX no termina con la creación de wireframes o flujos: continúa con una entrega estructurada y una observación atenta de cómo ese diseño se comporta en el entorno real.
¿Qué entrega un diseñador UX?
La entrega UX se compone de documentación clara, comprensible y útil para los siguientes actores del proceso (UI, desarrollo, producto, QA). Algunos elementos comunes incluyen:
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Wireframes o prototipos navegables: a menudo en herramientas como Figma o Adobe XD, permiten simular la navegación real.
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Mapas de navegación y flujos de usuarios: describen cómo se mueve un usuario típico dentro del sistema.
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Especificaciones funcionales y de comportamiento: documentan cómo deben responder las interfaces ante diferentes acciones del usuario.
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Racionales de diseño: explican las decisiones tomadas y los hallazgos previos (investigación, pruebas).
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Recomendaciones de accesibilidad y consistencia visual: para guiar el trabajo de UI y desarrollo con base en buenas prácticas.
Este proceso se conoce como handoff, y su eficacia depende más de la calidad del traspaso que del volumen de documentos. Un buen handoff no sólo entrega archivos; aclara intenciones, responde preguntas y alinea expectativas.
Cómo saber si el diseño funcionó: métricas post-lanzamiento
Una vez el producto está en uso, se vuelve posible medir su rendimiento real. Algunas métricas útiles incluyen:
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System Usability Scale (SUS): una encuesta estandarizada de 10 preguntas que ofrece una puntuación de usabilidad entre 0 y 100. Es rápida de aplicar y facilita comparaciones entre versiones.
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Net Promoter Score (NPS): mide la probabilidad de que un usuario recomiende el producto. Aunque más común en marketing, también puede reflejar satisfacción general con la experiencia.
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Task Completion Rate (TCR): porcentaje de usuarios que completan tareas clave sin errores o ayuda. Se obtiene mediante pruebas de usabilidad o análisis de eventos en producción.
Estas métricas ayudan a responder preguntas como:
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¿El diseño facilitó lo que el usuario debía lograr?
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¿Hay fricciones que no detectamos antes del lanzamiento?
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¿Qué tareas se abandonan o requieren más pasos de los previstos?
Aprendizajes y continuidad
El seguimiento post-lanzamiento no solo válida el trabajo hecho; también proporciona insumos para futuras iteraciones. Algunas prácticas útiles:
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Revisar patrones de uso y abandono en herramientas de análisis como Hotjar, Mixpanel o Google Analytics.
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Entrevistas breves o encuestas contextuales para comprender el por qué detrás de los números.
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Actualizar la documentación con hallazgos posteriores, de modo que el conocimiento adquirido no se pierda entre versiones.
Un cierre responsable del ciclo UX incluye también hacer visibles estos aprendizajes al equipo. Documentar lo que funcionó (o no) permite mejorar decisiones futuras, evitar errores repetidos y construir una visión compartida más sólida.
Conclusión
La entrega UX y el seguimiento posterior al lanzamiento son momentos clave para pasar del diseño como hipótesis al diseño como evidencia. Un traspaso claro y un monitoreo riguroso no solo ayudan a validar el trabajo realizado, sino a preparar el terreno para diseñar mejor la próxima vez.